miércoles, 11 de mayo de 2011

HORAS DE SUEÑO

HORAS DE SUEÑO NECESARIAS PARA UN BUEN DESCANSO


Dormir es un factor muy importante dentro de nuestras vidas. Cuando dormimos descansamos y nuestro cuerpo puede renovar la energía.

Napoleón dormía poquísimo. Se acostaba entre las 10 y las 12, dormía hasta las 2, trabajaba hasta las 5 y volvía a dormir hasta las 7. Otro tanto hacían Edison y Churchill, que se saciaban con tandas de 4 horas, y Salvador Dalí, que sólo suscribía esa dieta si la personalizaba: se instalaba en un sillón, dejaba en el piso un plato de metal y se abandonaba al sueño con una cucharita entre los dedos; dormido, los dedos se le relajaban, la cuchara caía golpeando contra el plato y el pintor, alertado por el modesto estrépito, despertaba y reanudaba el reloj reblandecido que había dejado inconcluso.

A juzgar por la bibliografía especializada, entre los fanáticos de la vigilia y los dormilones no hay punto de comparación –al menos cuantitativa–. A los primeros se los colecciona; para contar a los otros sobran los dedos de una mano. El marmota más célebre fue sin duda Einstein, que no movía una neurona si no había dormido un mínimo de diez horas.

Durante los últimos cien años las horas de sueño se han reducido al menos un 20 por ciento, es decir, casi dos horas diarias. Según el profesor Jorge Alberto Costa de Silva, de la Universidad de Nueva York, este hecho se debe al estrés motivado por el nuevo ritmo de vida. Por este motivo, la Federación Mundial de Sociedades de Investigación del Sueño, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) han decidido designar al 21 de marzo Día Internacional del Sueño.

Los españoles se encuentran entre los que más tarde se acuestan y menos duermen en toda Europa. El 65 por ciento declaran estar levantados pasada la medianoche y además figuran entre los que más tarde se levantan, pues el 28% lo hacen entre las 8 y 9 de la mañana. Igualmente, los españoles y portugueses son los que duermen menos tiempo, seis horas o menos, sólo superados por parte de los austriacos, de los cuales el 19% duerme menos de menos de seis horas diarias.

Nuestras costumbres socioculturales tienen mucho que ver con esto: solemos terminar tarde de trabajar, cenamos aún más tarde y nos acostamos entre las 12 de la noche y la 1 de la madrugada, por término medio. Sin embargo, al día siguiente nos levantamos a la misma hora que el resto de europeos.

Rocío Carrasco
Ana Isabel Moreno
Ángela Gamero

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