miércoles, 1 de junio de 2011

Los rayos UVA

La Academia Española de Dermatología y Venereología alertó de que las cabinas de rayos uva son «altamente perjudiciales para la salud», al causar cáncer cutáneo entre otros daños para la piel. El doctor José Carlos Moreno, presidente de la Academia, recordó que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer ha elevado al nivel de «riesgo máximo» este tipo de tecnología, sin que exista en España ningún tipo de restricción legal en torno a ello. Fue en la década de los noventa cuando empezó la moda del bronceado artificial, y como el cáncer cutáneo tiene un periodo de incubación de 20 años, ahora empiezan a surgir las primeras afectaciones «francamente preocupantes», mientras que el experto vaticina para el futuro «consecuencias nefastas».
«Sin control»
Moreno hizo hincapié en que las cabinas de rayos ultravioleta son siempre un «enorme peligro» por la radiación que emiten y, en numerosas ocasiones, son utilizadas sin ningún tipo de fotoprotección. Además, denunció que las deficiencias de muchos de estos aparatos «escapan al control» de las autoridades. «Muchas personas no son conscientes de este riesgo, otras hacen oídos sordos a las advertencias que realizamos constantemente los dermatólogos, incluso la Administración no se ocupa suficientemente de controlar las cabinas de UVA», aseveró. En este sentido, se preguntó por qué el Gobierno actúa contra el tabaco mientras que se olvida de tomar medidas sobre el abuso de los rayos ultravioletas.
La intensidad de radiaciones ultravioletas emitidas por las lámparas de los aparatos de bronceado son «muy superiores» a la solares, por lo que «son mucho más concentradas y por ello mucho más perjudiciales».
El presidente de la Academia recuerda que es «un error muy frecuente» creer que el uso de rayos UVA no es dañino o pensar que es bueno recibir sesiones antes de la temporada de baños para preparar la piel. La realidad, según los estudios científicos, es que la radiación ultravioleta causa modificaciones en el DNA celular y estas alteraciones provocan cáncer.
Estas emanaciones, producidas por el sol y que son necesarias para mantener la vida y sintetizar la vitamina D, son reguladas por la propia naturaleza cuando llegan a la superficie terrestre a través de la capa de ozono.
Sin embargo, lamentó Moreno, el «género humano es capaz de alterar este filtro o bien destruyendo dicha capa o bien produciendo radiación artificial para recibirla con fines cosméticos». Como todo, en su justa medida, esta radiación es beneficiosa e incluso se utiliza con fines terapéuticos en el tratamiento de diversas enfermedades cutáneas, pero su exceso puede, sin lugar a dudas, ser perjudicial. 
 
 
Realizado por : Ángela Gamero Cabrera.
                        Rocío Carrasco Muñoz.

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